Ensayo - El uso de los Salmos en los cultos evangélicos.
El
libro de los salmos es la esencia de la adoración al Señor que por muchos años se
interiorizo en la vida del pueblo de Israel, y de una u otra forma se utilizaba
para rendirle culto al Santo de Israel. Los Salmos constituyen ese encuentro
necesario entre el hombre y Dios, nos lleva a ese encuentro divino que produce
la alabanza y la adoración, afianza una relación de amor y nos dirige a
reconocer lo que Dios hace y lo que es. El espíritu santo, en los Salmos nos
lleva como en un concierto, a escuchar el salterio, el arpa y los címbalos (Salmo 150) representando una manera de embellecer
la letra inspirada por Dios, para que el hombre logre imaginar la belleza musical
que emana del canto al recitar los salmos de nuestro amado Señor.
Recitar
los salmos lleva a cabo una verdadera acción de amor al Señor, nos hace ser
agradecido cuando se atraviesan necesidades y su letra nos muestra la confianza
que entre líneas Dios le entrega al Hombre, esto sin duda refleja un gran
destello de la significancia del poder de Dios, esto vivieron los hombres que
escribieron estos textos. Antes de aparecer por escrito, los salmos fueron textos
vividos. Dicho con otras palabras, el que componía un salmo no le preocupaba el
hecho de ponerlo por escrito. Simplemente expresaba ante Dios y ante la gente
su situación de sufrimiento, de alegría, de confianza, de alabanza, etc. Estas
oraciones espontáneas, nacidas de situaciones concretas de la vida, causaron un
fuerte impacto en la vida de la gente. Por eso permanecieron vivas en la
memoria del pueblo. Otra gente u otros grupos, que vivieron una experiencia
similar, hicieron propias estas mismas oraciones. Y, de este modo, los salmos
se fueron conservando de generación en generación.
Hace
una gran cantidad de tiempo los cristianos han venido recitando los Salmos en
las congregaciones conociendo que la adoración y alabanza es el punto esencial
para el agrado del Señor en espíritu y verdad (Juan 4:23-24). Los Salmos constituyen el “Laudis
Canticum” que la iglesia lleva al cielo, es la plegaria del pueblo de Dios de
la antigua alianza, pero al hacerla suya Jesús y, con él, los apóstoles, pasó a
ser la oración del nuevo pueblo de Dios, ahora recitada por la iglesia.
Jesús,
sin duda, rezó los salmos. Todo niño judío aprendía de memoria, desde muy
pronto, estas oraciones que eran lo más preciado del tesoro espiritual del
pueblo de Dios. De hecho, desde pequeño, Jesús habría tenido que recitar los Salmos.
En los evangelios encontraremos diversos pasajes en los que Jesús cita algún Salmo (entre otros, Mc 12, 36; Mt 27, 46; Lc 23, 46). Los primeros cristianos apreciaban
enormemente el Libro de los Salmos. De hecho, junto con Isaías y el
Deuteronomio, este libro se encuentra entre los más citados del Nuevo
Testamento. Con el paso del tiempo, las comunidades cristianas convirtieron
este libro en su libro preferido de oraciones y alabanzas.
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” Salmos 19:1.
Los
Salmos son un Himno de alabanza a Dios, Creador de todas las cosas. El hombre
desde muy temprano, miró a su alrededor y vio la infinita variedad de seres que
viven en el mundo. Vio cómo hay tantos seres distintos de otros. Y que todos
siguen sus leyes a la perfección. El
hombre vio la hermosura de los prados y la belleza de los mares y los cerros (...),
se extasiaba contemplando el firmamento estrellado (...), y así fue cómo sintió
la necesidad de elevar un canto al Creador. Un canto que fuera una acción de
gracias y una alabanza a Dios: Esto son los Salmos. Las alabanzas más hermosas
que existen.
El
mismo Dios quiso ayudar al hombre a componer estos himnos. Y así fue cómo El
mismo los inspiró a unos profetas del Pueblo Elegido y ellos los compusieron.
No todos los Salmos son de alabanza. Hay algunos que son una súplica confiada a
Dios. Otros sirven para implorar la protección divina o para pedir perdón de
los pecados. Es decir, los temas o fundamentos varían, como también varían las
situaciones por las que pasa un cristiano a través del día o a través de su
vida. Pero los Salmos son y seguirán siendo hasta el fin de los tiempos, las
oraciones más agradables a Dios ya que El mismo las inspiró, es por esto que la
iglesia de Cristo las acuña, las recita en honor al que merece toda gloria,
imperio y alabanza, amen.
Después
de este viaje por la historia y el uso de los Salmos. Los Salmos expresan la
belleza de la poesía hebrea. En ellos se encuentra el modo como el pueblo de la
Biblia medito su experiencia con Dios. Los Salmos alimentaron y alimentan la
vida religiosa de judíos y cristianos.
Leer
los Salmos es como "beber en el propio pozo" de nuestra
espiritualidad. Es revivir la experiencia con lo sagrado, capacita para
relacionarse, vivir y amar. El texto suscita emociones y sentimientos previstos
e imprevistos. Así, cada salmista o la comunidad que compuso un Salmo, con
certeza, no dudó en usar los más variados recursos para expresar la alabanza a
Dios y así lo hace la iglesia hoy en día, replicando la alabanza como también se
hace en el cielo, lo vemos en la doxología que Dios le mostro a Juan en Apocalipsis
4:8-10:
Ap. 4:
8. Y los cuatro seres vivientes (…) no cesaban día y noche de decir: Santo,
santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha
de venir. 9. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y
acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos
de los siglos, 10. los veinticuatro ancianos se postran delante del que está
sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan
sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la
gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu
voluntad existen y fueron creadas.
Con el
escenario anterior, la iglesia no queda fuera de esta alabanza al Cordero, es
por esto que los Salmos son tan importantes en la vida del cristiano, honrando
con esto las palabras de nuestro Señor Jesús: “(…). Sea hecha tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra.”, Amen.
Escritor: Juan Pablo Bustos Sáez.
Casa de Estudios: Instituto Bíblico Nacional.
Ramo: Introducción a la Biblia.
Fecha de redacción: 09-06-2020
Bibliografía
v www.bibliaeapocrifos.uaivip.com.br
v Santa
Biblia. Edición de Estudio. Versión Reina-Valera. Sociedades Bíblicas Unidas.
v Comentarios
tomados del libro de BORTOLINI, J., Conocer y rezar los salmos, San Pablo,
Madrid, 2011, págs. 9-22
v Uso y
función de los Salmos en la liturgia, José María de Miguel González, OSST.
v Universidad
Pontificia de Salamanca
Enlaces
v https://www.monografias.com/trabajos96/analisis-del-libro-salmos-espejo-del-alma-creyente/analisis-del-libro-salmos-espejo-del-alma-creyente.shtml